La villa de Comillas se encuentra en la costa occidental de Cantabria, una de las regiones más bellas y menos exploradas del norte de España. Este pintoresco municipio está situado a unos 48 kilómetros de Santander, la capital de la región, y a orillas del mar Cantábrico, lo que le confiere un encanto natural y una ubicación estratégica que ha atraído tanto a turistas como a historiadores durante siglos. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1985, Comillas se distingue por su rica historia, su arquitectura única y sus paisajes espectaculares, lo que la convierte en uno de los destinos imprescindibles para quienes visitan Cantabria.
Una de las razones por las que Comillas ha alcanzado una gran notoriedad es por su apodo de «Villa de los Arzobispos». Este título honra a los cinco prelados nacidos en la villa durante los siglos XVII y XVIII, quienes ocuparon importantes diócesis dentro del ámbito eclesiástico español. Esta tradición de altos cargos religiosos dejó una huella profunda en la historia de Comillas, y es posible notar la influencia de esta herencia en la arquitectura de la villa y en algunos de sus monumentos más emblemáticos. La nobleza y la iglesia fueron los motores que impulsaron el desarrollo de la villa, transformándola en un centro cultural y artístico en la región.
En términos de patrimonio histórico, Comillas es un lugar único en Cantabria, ya que alberga una combinación de monumentos medievales, renacentistas y, especialmente, modernistas, lo que la convierte en una de las villas más representativas del estilo modernista en toda España. La arquitectura de Comillas destaca por su singularidad, y uno de los principales ejemplos de este legado es el Capricho de Gaudí, diseñado por el famoso arquitecto Antoni Gaudí. Este edificio, construido entre 1883 y 1885, refleja la visión innovadora de Gaudí con su colorido y peculiar diseño, que incluye formas orgánicas y detalles decorativos que parecen sacados de un cuento de hadas. Este capricho fue encargado por Máximo Díaz de Quijano, un indiano que quería mostrar su riqueza y prestigio, y se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la villa.
Otro de los elementos más destacados de Comillas es su Cementerio Modernista, que se encuentra en lo alto de un acantilado con vistas al mar Cantábrico. Este cementerio, diseñado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, es uno de los más bellos y originales de España. Se caracteriza por su mezcla de arquitectura modernista y medieval, creando un ambiente sereno y solemne que invita a la reflexión. Los visitantes se sienten atraídos no solo por su valor histórico, sino también por el impresionante panorama que ofrece.
Comillas también es famosa por su Plaza de los Derechos Humanos, un espacio público que alberga varios monumentos dedicados a la libertad, la igualdad y los derechos humanos, símbolos de la época contemporánea. En este mismo entorno, se encuentran varios edificios que ilustran la evolución de la arquitectura a lo largo de los siglos en la villa. El Palacio de Sobrellano, una mansión construida entre 1878 y 1881 por Antonio de los Ríos para el marqués de Comillas, es otro de los principales puntos de interés en la villa. Este palacio, de estilo neogótico, ha sido restaurado y se puede visitar tanto en su interior como en sus jardines, que ofrecen una excelente vista panorámica del municipio.
El puerto de Comillas es también un lugar significativo. Originalmente un pequeño puerto pesquero, ha crecido con el tiempo y se ha convertido en una zona de ocio y recreo. Aquí los visitantes pueden disfrutar de paseos tranquilos, admirar las embarcaciones en el puerto y degustar la gastronomía local, especialmente los platos de pescado y marisco que son la especialidad de la región. La costa de Comillas ofrece además algunas de las mejores playas de Cantabria, como la Playa de Comillas, una playa de arena dorada ideal para quienes buscan disfrutar del sol y el mar en un entorno natural.
No solo la arquitectura y el patrimonio son atractivos de Comillas, sino también su entorno natural. El paisaje que rodea la villa es una mezcla de montañas, acantilados y zonas verdes que permiten realizar diversas actividades al aire libre, como el senderismo y el ciclismo. Desde el Parque Natural de Oyambre, que se encuentra cerca de Comillas, se puede acceder a varios miradores con vistas espectaculares del mar y la costa.
En resumen, Comillas es mucho más que una villa costera. Es un lugar donde historia, arte y naturaleza se entrelazan para ofrecer una experiencia única a quienes la visitan. Su patrimonio arquitectónico, sus monumentos modernistas y su entorno natural hacen de Comillas una de las principales joyas turísticas de Cantabria, siendo un destino que sigue atrayendo a turistas de todo el mundo que buscan sumergirse en la rica historia y belleza de la región. Sin lugar a dudas, cualquier visita a Cantabria debe incluir un recorrido por esta encantadora villa, que sigue manteniendo su carácter de «Villa de los Arzobispos» y su influencia histórica intacta