Santoña, una de las villas más emblemáticas de Cantabria, combina una rica tradición marinera, una historia militar fascinante y un entorno natural único que la convierten en un destino imprescindible. Situada en la margen izquierda de la desembocadura del río Asón, Santoña se encuentra a los pies del imponente Monte Buciero y rodeada por las llanuras y humedales de la Reserva Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, un paraíso para los amantes de la naturaleza y el avistamiento de aves.
La herencia defensiva de Santoña es visible en sus tres fuertes históricos: el Fuerte de San Martín, el Fuerte de San Carlos y el Fuerte del Mazo, conocido como “de Napoleón”. Cada uno de ellos ofrece una mirada al pasado militar de la villa, así como vistas espectaculares de su entorno.
Los faros de Santoña también merecen una visita. El Faro del Caballo, al que se accede por un emocionante descenso de casi 800 escalones, es famoso por sus vistas al mar Cantábrico y su entorno natural virgen. El Faro del Pescador, situado junto a la Playa de Berria, añade un toque pintoresco al paisaje costero.
Comienza tu paseo en el Fuerte de San Martín, disfrutando del paisaje costero mientras recorres parte del Paseo Marítimo. Desde aquí, sigue hacia el monumento al Almirante Carrero Blanco y continúa por la calle O’Donnell hasta llegar a la joya patrimonial de Santoña: la Iglesia de Santa María del Puerto.
Desde la iglesia, avanza hacia la Plaza de San Antonio, pasando por edificios históricos como la Casa Palacio de Castañeda y la Casa de Cultura Municipal. Al tomar la calle Manzanedo, descubrirás dos edificios monumentales: el Instituto de los Marqueses de Manzanedo y el Palacio del Duque de Santoña, ambos ejemplos de la arquitectura del siglo XIX.
El puerto es el corazón de la villa, donde se respira la esencia marinera de Santoña. Aquí puedes observar la actividad diaria de la pesca, conocer la industria de las anchoas, famosa a nivel mundial, y disfrutar del ambiente auténtico de esta localidad.
Para los amantes del senderismo, Santoña ofrece varias rutas que atraviesan el Monte Buciero, combinando paisajes costeros con bosques frondosos. La Playa de Berria, de arena fina y aguas cristalinas, es perfecta para relajarse o practicar deportes acuáticos. No olvides explorar la Reserva Natural de las Marismas, un espacio protegido ideal para los entusiastas de la ornitología.
La experiencia en Santoña no está completa sin probar su gastronomía local. Las anchoas de Santoña son reconocidas internacionalmente por su calidad, y puedes degustarlas en cualquier taberna o restaurante de la villa. Además, no dejes de disfrutar de otros productos del mar como el bonito y las sardinas.
Con su mezcla de naturaleza, historia y cultura marinera, Santoña es un destino que no puedes perderte en tu visita a Cantabria. Desde sus fuertes y faros hasta su puerto animado y su casco histórico, cada rincón de esta villa tiene algo que contar. ¡Descubre por qué Santoña es una de las joyas más auténticas de la costa cantábrica!